Frecuentemente, confundimos la palabra sagrado con algo que tiene que ver con la religión. Estamos tan habituados a escuchar que lo sagrado pertenece al orden de lo divino, que se nos olvida que hubo una época en que todos los componentes de la vida diaria se vinculaban naturalmente con lo sagrado.
¿Qué es “lo sagrado”?
Lo sagrado es aquello a lo que le conferimos una cualidad muy valiosa. Decimos que un libro es sagrado para nosotros, cuando tocó nuestras fibras más profundas. Algo que es sagrado, no se puede tocar, es algo que hay que respetar y defender. De hecho, cuando usamos el término “sagrado” en la vida cotidiana, no tiene nada que ver con una cuestión religiosa, sino con algo muy significativo.
Si reflexionamos sobre el tema, ya casi no hay nada sagrado: vivimos en una cultura de productos efímeros, gustos pre-configurados por la publicidad, ídolos que surgen y caen en cuestión de días o meses y conductas que están modeladas por los personajes de las series y telenovelas.
¿Qué es sagrado para ti?
Si yo tuviera que responder esta pregunta diría que mi vida es sagrada, mi cuerpo es sagrado, mis emociones son sagradas, mis creencias son sagradas. Cualquier persona o institución que intente decirme lo contrario se enfrentará con una barrera poderosa que defenderá quién soy y qué valores tengo. No estoy dispuesta a negociar con lo que yo considero sagrado, pero sí estoy dispuesta a ponerlo a discusión, porque sé que no poseo toda la verdad. Y también comprendo que mi lista de lo sagrado está abierta a crecer, si bien será difícil que disminuya.
Lo primero para comenzar a sacralizar nuestra vida cotidiana, es hacer una lista de cosas que son sagradas para nosotros. Puede que esta lista coincida con la de otras personas con las que te relacionas (es altamente probable que esto suceda), pero también existe la opción de que no tengan elementos en común. Aquí es dónde se pone interesante.
Tu lista de lo sagrado
Esta es una lista de lugares en dónde puedes encontrar cosas que son sagradas para ti.
Cuando dudes sobre incluir algo o no, hazte una sencilla pregunta ¿esto puede estar a negociación o no voy a ceder en este punto?
Si no tienes problema en sentarte con tu jefe, tu pareja o tus amigos y ceder lo que acabas de escribir, entonces no es algo sagrado. Algo invaluable es lo que no piensas poner en la mesa de negociación.
Algunas de las áreas donde puedes encontrar cosas sagradas son:
- Principios personales como el honor, la congruencia o la verdad.
- Hábitos relacionados con tu salud como comer sanamente o evitar el consumo de sustancias adictivas.
- Tiempos de calidad para ti, como disponer de espacios personales para leer, caminar, escribir o pintar.
- La convivencia significativa con tu familia o pareja como salir a pasear, a un museo o pasar una noche viendo películas juntos.
- Temas como la fidelidad en una relación, la confianza cuando le cuentas algo personal a alguien o decir la verdad ante todo.
- Conductas interpersonales como el respeto al trabajo de los demás, la empatía o aprender a escuchar.
- La forma de educar a los hijos, enseñar con el ejemplo, respetar su independencia y sus elecciones.
- Las decisiones que involucran al cuerpo y al lenguaje como la sexualidad, la forma de vestir, las palabras que utilizo y la forma en que lo hago.
- Las preferencias espirituales, la forma en que se interpreta lo trascendental, las creencias acerca de la vida y la muerte y todo lo que sucede entre una y otra.
- El espacio de pareja, la privacidad en la relación, el lenguaje hablado y la comunicación emocional.
- La forma de manejar la economía, los bienes personales, de pareja y familiares.
- El trato al otro, el respeto y la tolerancia ante lo diferente, mi posición personal ante la diversidad.
- La línea entre lo privado y lo público, el manejo de la información personal, de pareja y familiar ante las redes sociales y los círculos cercanos.
Puntos de anclaje
Al explorar entre los puntos anteriores, encontrarás que ciertamente hay muchas cosas que permanecen en el ámbito de lo sagrado en tu vida, que no estás dispuesto a perder o que, si ya lo hiciste, es momento de recuperar. Haciendo tu lista, probablemente encuentres muchas áreas más donde existan cosas sagradas para ti. Así serás consciente de que en realidad hay mucho de sagrado en tu día a día.
Para comenzar a sacralizar, es imprescindible tener claro cuáles son esos puntos de anclaje que me van a permitir recuperar el significado de cada acto cotidiano.
Empieza con esta lista y comparte con nosotros ¿qué es sagrado para ti?