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Aprende a decir NO: Coaching para Empoderarte

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Tardé mucho en aprender a decir “NO” y hoy voy a dedicarle todo un artículo a esta hermosa palabra.

En coaching y en espiritualidad la usamos poco, preferimos decretar en positivo, manejar un lenguaje que fortalezca lo constructivo, evitamos el NO porque la asociamos con carencia, con limitación o autoridad. Pero si queremos vivir en equilibrio, es necesario que aprendamos a utilizarla inmediatamente.

 

Los SI nocivos

Cuando usamos el SI, lo asociamos inmediatamente con aceptación, ejecutamos el potencial que tenemos, vamos hacia delante, enfrentamos los retos, vencemos nuestros miedos. O al menos, eso creemos.

Los SI pueden ser tan nocivos como un NO.

Estar de acuerdo con todo significa mimetizarse para no provocar problemas, y en Latinoamérica se usa frecuentemente una palabra para los que se atreven a decir NO: Conflictivos.

Los NO en Latinoamérica

Decir NO, no es lo mismo en cualquier parte del mundo. En las culturas anglosajonas y europeas, decir NO es parte de la vida diaria, tanto como escucharlo. Las personas están acostumbradas a oponerse a lo que no les corresponde o con aquello con lo que no están de acuerdo. Pero estos NO también suelen ir acompañados de una acción que los ejecuta. Para ponerlos en práctica, por supuesto, se requiere estar seguro, tener leyes que lo protejan, contar con una estructura dispuesta a integrar a los NO como parte de un sistema realmente democrático.

Latinoamérica es otro caso. Probablemente su historia colonialista ha convertido los NO en algo inaceptable. Aquí el NO significó rechazar la religión, la cultura y la forma de vida de diversos pueblos llegados del otro lado del mar. Los NO fueron la entrada a un calabozo, desde el norte hasta el sur del continente americano, todo lo que se podía decir durante un tiempo fue “SI, Señor”. La cultura del “mande” mexicano, de un pueblo que vive para servir. Todavía recuerdo los llamados de atención de mis maestras en la primaria cuando les respondía “¿qué?” en vez de “mande”.

Aprende a decir NO: Coaching para Empoderarte

Los NO y el paradigma de la carencia

Probablemente fruto de esta época es ver a los NO, como una forma de carencia. Claro, quién se atreve a decir NO está excluido de la inmensa mayoría en donde reina el SI. El NO es un paria, no es como todos, decidió dejar de ser como el promedio y se convirtió en la excepción. Entonces, si el NO es salir del sistema, mejor me acostumbro al SI para que no me falte ni siquiera lo más esencial. Si me dicen “te quedas trabajando hasta terminar”, “este sábado y domingo vas a trabajar”, “no puedes faltar estos días”, “no puedes tomar tanto días de vacaciones”, “mejor ni digas nada”, la respuesta obvia es SI. Porque de lo contrario hay muchos allá afuera esperando por mi puesto y aceptando un menor salario, porque no se atreven a decir NO.

Aprender a sobrevivir al NO

Nos aterra recibir un NO. “Ya no vas a trabajar aquí”, “Ya no te amo“, “No estás saludable”, “No te necesito”, todas ellas son manifestaciones que honestamente, ninguno de nosotros desea escuchar, pero ineludiblemente llegan o llegarán en algún momento de nuestra vida. Entonces ¿por qué no aprender a lidiar con los NO? En el núcleo de cada una de estas frases se encuentra un área de oportunidad que explorar, un miedo, una emoción recordada, un ego destrozado que me pregunta ¿y ahora qué vas a hacer con esto? ¿Vas a aceptar una condición sin pelear? ¿Te vas a callar? ¿Vas a aguantar? ¿Renunciarás? Darás un SI peleando, un SI negando, un SI resignando o un NO sanando.

 

Quitemos las asociaciones negativas de esta palabra, porque un NO puede ser tan justo y refrescante como un NUNCA MÁS, un HASTA AQUÍ o un BASTA.

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