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Perdón o Compasión: El Arte del No Juzgar

Perdón vs. Compasión

 

A menudo escuchamos que hay que perdonarnos a nosotros mismos o a otros, sin embargo, perdonar lleva consigo una carga negativa, un juicio. Significa que hicimos algo mal.

La mayoría de las veces, no actuamos con mala intención, simplemente nos dañamos a nosotros mismos o lastimamos a otros con nuestros actos. A veces buscando lo mejor para todos, a veces pensando solo en nosotros mismos.
Incluso en el caso de que nuestra intención haya sido deliberadamente negativa, perdonarnos a nosotros mismos va en contra de que todo en la vida es aprendizaje y todo pasa por algo.
Nuestra actitud, por mucho daño que haya podido hacer, fue la consecuencia de una lección que debíamos asimilar. Lo que procede ahora es comprender por qué sucedieron las cosas de esa manera y cómo reaccionamos ante ellas.

 

 

No podemos evitar repetir el pasado.

Ni siquiera podemos evitar cometer los mismos errores en el futuro, como a veces decimos. Porque desde la perspectiva de la compasión, los errores no existen. La acción que llevamos a cabo, fue la que teníamos que experimentar en ese momento para comprender algo. 
Evitar actuar de la misma manera, significaría que estamos evadiendo una lección que claramente no hemos aprendido, puesto que se sigue presentando y que seguimos respondiendo a ella de la misma forma.

 

Practica la Compasión contigo mismo.

En vez de “perdonarte a ti mismo” o “perdonar a otros” te propongo que practiques la Compasión.
Compasión no significa lástima.
Compasión no significa resignación.
Compasión no significa condescendencia.
Compasión es la experiencia de benevolencia, significa simpatía. Cuando practicamos la compasión con nosotros mismos, no aplicamos un juicio a nuestra persona, ni a nuestros actos.
Entendemos que somos sujetos falibles e imperfectos, que estamos en este momento para aprender y experimentar la vida. Nuestras acciones son por tanto, el reflejo de lo que hemos aprendido, de nuestras carencias, de las heridas del pasado, de lo que hemos cultivado, de lo que llevamos en el corazón y de nuestros miedos.
Al percibir nuestras acciones con simpatía, abrimos la puerta a la sabiduría, a la humildad, al reconocimiento de todo nuestro potencial.

 

 

Todo es personal.

Algunas personas piensan que pueden perdonar, porque no se toman las cosas de forma personal. Pero todo es personal. Las acciones provienen de las personas y van dirigidas a las personas.  Lo que te hagas a ti mismo o a otros, es personal.  Cuando intentamos despersonalizar las situaciones,  nos desensibilizamos ante el dolor. Y el dolor es bueno, nos hace crecer. El sufrimiento es lo que debemos trabajar. Cuando observamos al sufrimiento con simpatía, con empatía, con humildad este puede irse finalmente porque cumplió con su cometido, que era hacer evidente una llamada al aprendizaje.
Saber que estamos inmersos en la esfera de lo Humano, hace posible que apliquemos la compasión como un acto de conciencia que nos reconcilia con Todo.
Todo es personal, porque todos somos maestros y aprendices de todos.
Si nada fuera personal, yo no tendría nada que aprender de ti.

 

¿Qué pasa cuándo nos perdonamos o perdonamos a otros?

Esencialmente, surgen dos posiciones. La del juicio y la de la jerarquía.
El perdón implica un juicio previo hacia nuestra persona o la de alguien más. Significa que hemos intentado analizar la intención del otro, usando la suposición como base para juzgarlo. Esta es siempre subjetiva y está permeada por el sufrimiento (no por el dolor). Y en el sufrimiento hay un gran componente que proviene de los miedos y heridas del ego.
Al usar la suposición y el discurso interior como una forma de juzgarme a mi mismo o al otro, le doy poder a esas carencias para que tomen el control de la situación.
Es allí cuando me siento lastimado.
A partir de ese punto, el otro estará por encima o por debajo de mi. Me he separado de la unidad que conforma la vida, hablando del Otro como si fuera distinto a mi, cuando en realidad es parte de mi, de lo contrario sus acciones no me hubieran herido.

 

Nadie puede hacerte sufrir, si no se lo permites.

Es cierto que uno mismo o los demás pueden causarnos dolor. Todos lo hemos experimentado alguna vez en la vida.
Pero solo nosotros podemos causarnos sufrimiento.
Porque el sufrimiento es la herida del ego. Es la herida del apego. Es la herida de la expectativa.
El dolor es el gran maestro que nos muestra el camino hacia el crecimiento personal. Nuestra reacción ante él nos define como personas, como Seres Humanos. Ante el dolor podemos sufrir, sentir lástima, indiferencia, negación, indignación. El dolor es solamente la chispa que inicia el fuego, de nosotros depende que esa pira sea el final de nuestra vida o el inicio de otra.
Mientras el dolor te siga provocando sufrimiento, te encuentras en la inmovilidad.
El perdón alivia el sufrimiento, si, porque es una pastilla para el ego. Pero el perdón no te sacará del círculo nocivo del sufrimiento, solamente lo perpetuará. Es la compasión, la que te moverá a una nueva etapa.
Sentir compasión por ti mismo, traerá paz a tu corazón, y cuando tu corazón y tu apreciación por ti mismo ocupan demasiado espacio, no hay cabida para un ego desmedido.

 

 

El Ego vs. El Corazón

Perdonar no sirve de nada. A veces ofrecer una disculpa ayuda a demostrar que estamos arrepentidos por lo que hicimos, pero sigue sin corregir nada. Una vez que una experiencia se manifestó, no hay nada que pueda borrarla. Esto es un hecho. Quedó en el pasado y no se puede deshacer.
Si quieres que alguien más se disculpe contigo, está bien, pero es tu ego quién lo está pidiendo. Es la forma en la que tu ego quedará por encima de esa persona. Así es como le harás saber a tu ego que está en lo correcto, y la otra persona está equivocada.
Perdonar a alguien, no es humildad, porque es tu ego quién perdona. Porque es tu ego quién está sufriendo, en primer lugar.
Perdonarte a ti mismo, te separa, separa dos partes de ti. Una que es falible, y una que tiene razón, pero la que tiene la razón también es falible. Entonces ¿realmente tiene algún sentido perdonar?

¿Debo perdonarme a mi mismo o perdonar a otros? Mejor practica la Compasión.

Unidad y Dualidad

Practicar la compasión, es una acto del corazón. Ninguno de los involucrados está por encima del otro, ninguno tiene la razón. No podemos pedirlo, no podemos pedirle a alguien que tenga compasión, porque al corazón no se le puede mandar. Podemos pedir clemencia, pero no compasión.
La compasión se otorga generosamente, solo cuando ambos seres están al mismo nivel. Cuando pueden reconocerse como partes coexistentes de un Todo, cuando tienen el mismo valor porque son partes de la Unidad.
Si practicas la compasión contigo mismo, eres capaz de verte antes y ahora como parte de un ser en constante evolución. No como dos personas distintas perpetuando la ilusión de separación.
Si practicas la compasión con cualquier ser vivo, sabes que es parte de ti, tanto como tú eres parte de él. Su dignidad vale lo mismo, su vida tiene el mismo peso. Al no haber juicio, no hay jerarquía y no hay separación, y por lo tanto, en tu corazón crece el sentimiento de Unidad.

¿Cómo practicar la Compasión?

Empezando por la empatía.
Siente empatía por ti mismo.  Observa las situaciones sin juzgarlas. Entiende que las decisiones que tomaste y las actitudes que les siguieron, fueron consecuencia de algo mayor que se llama evolución. No había otro camino para que aprendieras esa lección. Lo que hiciste fue perfecto y adecuado a lo que debías comprender. Todo es Causa y Efecto.
Cuando sufras por culpa de alguien más, recuerda que NADIE tiene tanto poder sobre ti como para hacerte sentir de esa manera. Lo que está herido es tu ego, y la medida de tu sufrimiento es la medida de tu ego.
La buena noticia es que al ego le gusta ser observado, le gusta llamar la atención, así que si quieres dejar de sufrir, obsérvalo. Escúchalo, pregúntale qué quiere, qué expectativas tenía y qué dio pie a que las hiciera.
La práctica de la compasión comienza buscando lo que nos une, lo que nos hace semejantes, no lo que nos divide.
Deja de pensar en polaridad y piensa en unidad. Deja de buscar culpables, deja de observar quién tiene la razón. Solamente vive en el presente, en el aquí y el ahora consciente de ti mismo.
Piensa solo por ti, no reflejes en los demás tus propias carencias y heridas, no juzgues, ni prejuicies.
Simplemente acepta el camino tal como es, porque así es perfecto y es el que debes vivir para crecer.

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Perdón o Compasión ¿Debo perdonar a alguien o a mi mismo?
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Perdón o Compasión ¿Debo perdonar a alguien o a mi mismo?
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¿Debo perdonarme a mi mismo o perdonar a otros? Mejor practica la Compasión.
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